
Ten cuidado, nunca te vayas a dormir sin antes decir estas cuatro cosas a Dios, y la última sin duda renovará tu alma. Primero: ‘El Señor es mi pastor, nada me faltará. Todos los días el Señor me guarda a mí y a mi familia contra todo mal’. Señor, te agradezco por mi hogar y por el hecho de que tu presencia habita en mi casa todos los días. De modo que cuando me acuesto, pronto concilio el sueño porque la paz del Señor que reside en mi hogar me hace descansar en una noche tranquila y bendita. Tercero: ‘Que el Señor cuide de mí, echando fuera toda ansiedad, haciéndome confiar en que mi día de mañana ya está preparado para mí’. Cuarto: ‘Señor, todo lo que hice que te desagrada, vengo aquí con mi corazón arrepentido pidiendo tu perdón, para que pueda ser purificado por tu gracia’. Pocas personas llegan hasta el final, si has llegado, has llegado.